jueves, marzo 30, 2006

Llamas a mí

El peso del escepticismo es un fardo que muchas veces suele pesar mucho. En numerosas ocasiones he mantenido pláticas elaboradas y largas sobre muchos temas en general. Aspectos sobre la parapsicología, la telequinesis, aura humana, el mundo emocional de las plantas, OVNIS, fantasmas, dios, ángeles, piramidología, astrología, círculos en las cosechas, telepatía, curaciones milagrosas, Big Foot y el monstruo del lago Ness y un largo etcétera que por falta literal de espacio no puedo completar aquí.

Hoy platicando con mi madre y un amigo de la familia, salió a la plática la educación de los hijos. Como aun no tengo hijos (por el momento) suelo extender mis opiniones sobre la manera en la que podría llegar a educarlos cuando lleguen. Al momento, mis interlocutores terciaron admonitoriamente alegando que ya me verán en el futuro, incumpliendo muchas de las cosas que les decía. No veo realmente ningún impedimento para que como padre, eduque a mis hijos en el pensamiento escéptico, y el que les consienta no entra en contradicción con esta manera de pensar.

Dentro de la plática, salió al tema dios. De entrada mi madre se quejo por mi falta de fe y por abandonar la religión en la que fui educado. Terminó comentando que a palabra de rey,,, (en este punto, supongo que se refería a mi confirmación como católico, a la edad de 15 años. Pero lo que mi madre no quiere entender, es que a esa edad, algunos todavía no llegamos a desarrollar por completo el sentido crítico como para comprender por completo las repercusiones al llevar a cabo dicho trámite).

Hablé por un largo rato sobre el porqué consideraba que la idea de dios no era más que una fantasía más, como cuando se les enseña a los niños a creer en papa Noel, o en el ratoncito Pérez. Desconfiamos, y con razón, del adulto que aun cree en estas fantasías, y se las enseñamos a nuestros niños por razones que consideramos válidas emocionalmente. Pero eventualmente les desengañamos. El único problema, es que aun no se le enseña al adulto que la idea de dios no es mas que otra fantasía similar, solo que más promovida por los que detentan el poder secular (y en algunos casos, hasta político)

Sobre esto, comenzaron a relatarme conmovedoras historias que relatan como los niños cuando son llevados a bautizar, permanecen llorando hasta que reciben su baño de agua, momento en que se quedan quietos, como si fuera esta una prueba concluyente de que la presencia del “malo” ha sido erradicada del infante. “¿Como explicas eso Mario?” me retaba Hugo, amigo de la familia de muchos años. La explicación desde mi perspectiva no tiene ningún tipo de tinte religioso. No me extrañaría nada que un infante, acostumbrado a un ambiente familiar como el de su casa (por poner un ejemplo) se desconcierte y externe su extrañeza mediante llanto, ante un entorno extraño como el de una iglesia. (En mis más agudos momentos de cinismo, podría añadir que en realidad el bebe sabe de manera inconciente que se encuentra en un lupanar, pábulo de las peores ignominias cometidas en contra de la raza humana, y externa su angustia por este hecho ejercitando sus pulmones a berrido batiente).

Por alguna razón, la plática desembocó hacia otros temas, entre ellos la combustión espontanea (No me pregunten como pudo orquestarse esta desafortunada cadena de sucesos. Como el beso robado, o el coito fortuito, simplemente “sucedió”). Tratando de convencerme que hay cosas sin explicación, expusieron diversos casos de combustión espontanea como si esto fuese la piedra angular sobre la que descansan todas las demás creencias y supersticiones.

- Pero - añadí - si me disculpan, la combustión espontanea ha sido explicada de manera científica, razonable y sin someter la lógica a los caprichos de la superstición.
- Pero como explicas que una persona se incinere de manera total cuando esto sucede?
- No es sencillo de explicar, pero tampoco es sobrenatural, ni entran en juego mecanismos esotéricos al menos que yo sepa.
- Podrías explicarnos entonces como es que se dan esos casos?
- ¿Conocen el “efecto vela”? Un pabilo de una vela en realidad está quemando la cera de la vela. Si dejamos el pabilo desnudo, se incinera en una fracción de tiempo del que duraría rodeada del material con que se hacen las velas. Esto es el principio del efecto vela. Por otro lado, el cuerpo humano posee una gran cantidad de grasas, que sirven perfectamente como combustible ante determinados casos. La ropa que cubre a una víctima sirve como el pabilo. Se quema la ropa, que en determinadas condiciones se adhiere al cuerpo, y comienzan a quemarse las grasas del cuerpo. Algunos sitios de Internet descartan esta propuesta no porque entre en contradicción con datos o experimentos, sino porque los defensores de la combustión espontanea suelen en muchas ocasiones ajustar los hechos a sus teorías, en lugar de hacer lo razonable, es que lo contrario: Ajustar las teorías a los hechos. ¡Hay una gran diferencia!
- Pues yo vi - añade mi madre - en Discovery Channel que hay casos en los que este tal “efecto vela” no se ajusta a ciertos hechos, y explicaban que hay otras condiciones en las que un cuerpo si puede arder de manera expontanea.
-Madre - repliqué - Discovery Channel ha decaido en la calidad de sus programas últimamente, no en todos, pero si tienden a prestar una atención inmerecida a temas bastante cuestionables. Está bien se inquisitorio, y preguntarse sobre esto y aquello, pero he notado que en muchos de sus programas, tienden a inclinarse inexplicablemente por el lado del espectro crédulo. (lo cual considero una lástima, pues Discovery Channel era uno de mis canales favoritos).
- Pues lo vi en Discovery Channel, no en el 22 (refiriéndose a “Infinito”, otro canal para crédulos)
- Si madre, y si Johnny estuviese aquí, seguramente te estaría aplaudiendo. Pero desgraciadamente no es el caso. Pro no nos desviemos. ¿Puedo hacerte un par de preguntas?:
- ok, adelante.
- Ok. Podrías explicarme ¿por qué las partes de las víctimas de la supuesta combustión espontanea que son reconocibles, como un brazo o una pierna, son aquellas que no estaban originalmente cubiertas de alguna ropa?
- Pues porque no alcanzaron a quemarse.
- Perdón madre, pero hasta donde se, una pierna de un humano es tan humana como el resto del cuerpo. o ¿acaso la combustión espontanea también presenta casos de prejuicio o favoritismo? Eso se explica mejor si tomamos en cuenta que las partes no chamuscadas del cuerpo de la víctima eran aquellas que no estaban en contacto con la ropa, la cual no pudo arder con la grasa de esa parte de la anatomía de la víctima.
- ¿Cual es la segunda pregunta?
- …...
- Podrías explicarme, según tu, ¿qué mecanismos entran en funcionamiento para que una persona cualquiera, que por alguna razón empieza a generar la temperatura corporal necesaria para entrar en combustión, no explota antes de que el cuerpo quede incinerado?
- Pero, ¿por qué habría de explotar?
- Es sencillo madre. ¿Has intentado poner un huevo fresco en el microondas?
- No.
- Bueno, si lo llegas a hacer, solo asegúrate de estar a cierta distancia de la puertecilla del microondas, pues lo que pasará a continuación es que el huevo explotará y dejara el interior del microondas con un nuevo decorado. Lo mismo pasaría con un cuerpo humano. Si este cuerpo, empieza a generar la temperatura suficiente para entrar en combustión, la sangre y demás líquidos en el cuerpo se evaporarían de inmediato, lo que ocasionarían una expansión que culminaría con la violenta expulsión de la sangre vaporizada. Creo que no quedaría mucho del individuo como para que se desarrolle una combustión espontanea.
- Pues cuando era niña, doña Edelmira sufría de esta enfermedad, que cada mañana tenían que ponerle hojas de naranjo remojadas en agua porque amanecía quemada en varias partes y con mucha fiebre.
- Madre, eso no es combustión espontanea. ¡Eso es imprudencia por dormir mientras fuma!

El dato respecto a la violenta explosión del cuerpo humano, por evaporación de los líquidos vitales presentes en él está relacionado con algunos de los datos espurios que pretenden vender los mercachifles del misterio. Estos aseguran que la combustión espontanea se presenta en periodos de tiempo muy breves. COnfieso que no efectué ningún cálculo para demostrar que el resultado sería este, pero lo consideré innecesario, pues creo, es cuestión de sentido común.

martes, marzo 28, 2006

Traficantes de misterios

El sabio chino Lin Chu o algo por el estilo, le leyó el pezón a una vedette.

Independientemente de la sabiduría preternatural que este sabio ficticio pueda derivar de la lectura de tal tipo de fuente (que para muchos de nosotros resultaría muy divertida, sin necesidad de buscar una forma de saber el futuro) la forma en que este tipo de noticia abunda en periodiquillos de dudosa seriedad es verdaeramente de dar pena. Muchas personas que conozco me han asegurado que compran ese material no porque crean en los titulares, sino porque es una forma de entretenimiento, algo así como asistir a un encuentro de lucha libre entre el Rayo de Jalisco y el Perro Aguayo.

Pero desgraciadamente no creo que sea el caso de la mayoría de la gente que es clienta asidua de ese tipo de pasquín. Abundan las personas que hacen caso omiso de advertencias y creen a pies juntillas lo que leen en un libro, o periódico, solo porque la virtud de la publicación les parece más que suficiente como para interpretar el contenido como verídico. Si está publicado, es porque es verdad, ¿no es así?

Y Esto no se limita al material impreso. Muchas personas se creen todo lo que ven en un programa de TV y tienen una fe ciega en adivinos, astrólogos, dietistas, cineciologos, y toda una pléyade de farsantes que se aprovechan de la tormenta mediática para desenfundar su arsenal fraudulento del que la mayor parte de las víctimas son las personas que buscan una respuesta honesta a la mayoría de sus dudas. Solo en una semana fui testigo de los titulares más inverosimiles que pueda imaginarse una persona que este entrenada un poco en el pensamiento escéptico. Desde Piramidología, hasta Ovnis, Fantasmas, espiritismo, o su variante espiritualismo, esotería de la nueva y vieja era, Pie grande, los Raelianos, la adivinación, la tabla Ouija, la reencarnación, la levitación, la Percepción Extra Sensorial, La meditación trascendental, las Abducciones por extraterrestres, (junto a una gran gama de efectos secundarios, como la idea nada nueva de que somos el producto de una especie de experimento genético a gran escala, sin considerar en lo más mínimo la similitud de los organismos terrestres en el terreno genético) la clarividencia, la astrología y sus gurues, como Esteban Mayo, la autorizada opinión de personajes como Paty Chapoy en el sentido de que ciertos gurues han demostrado científicamente que sus creencias y prácticas espurias son reales, el diablo o diablos y sus contrapartes, la dianética, la homeopatía, la quiropráctica, los dioses, y demás material que por falta literal de tiempo me niego a continuar plasmando en esta pequeña lista, que solo es representativa y por ningún motivo debe interpretarse como total.

¿Qué es lo que motiva al ciudadano medio a creer en tantas mentiras, tantos fraudes tan cínicamente desplegados en diversos medios? Conozco personas que rechazan determinadas disciplinas metafísicas, por “falsas” (o más bien porque no se ajustan a sus espectativas de trascendencia) mientras que abrazan con fervor otras tantas con muy diversas características pero que les ofrecen consuelos mas íntimos:

- ¿Por qué no crees en el karma, pero al mismo tiempo le das tanto crédito a la reencarnación?

- porque no creo que haya algo como el Karma, pero si no hubiera reencarnación, entonces me parecería muy injusta esta vida. Debe haber una compensación para las personas que en una vida sufren mucho.

- Ok. Y ¿de que sirve que, en dado caso que exista algo como la reencarnación, no recordemos las penurias de una vida anterior? Creo que para saber que estamos siendo recompensados, debemos saber las causas de que recibamos ese premio.

- Porque entonces no tendria justicia este medio. La recompensa esta ligada al espiritu de la persona que sufrio en una vida anterior. El cuerpo material y la memoria poco tienen que ver en esto (y demás sandeces por el estilo)

Me parece que este argumento, de por sí bastante absurdo no se sostiene en absoluto por lo zafio de las pretenciones que pretende esgrimir. Además, para empezar debería de comprobarse que existe en primer lugar algo como el alma o espíritu. Mientras eso no suceda, entonces no se pueden tomar en serio los argumentos posteriores que atañen a algo como ese ente hipotético. Yo no puedo ir por la vida argumentando algo que descansa en una base indemostrada. Si quiero demostrar que algo como la reencarnación existe, debo primero demostrar que existe algo susceptible de fungir como vehículo para la reencarnación. Ese espíritu, o alma, o como gusten llamarle, para poder despues avanzar al siguiente paso, que es la demostración o por lo menos el planteamiento hipotético de un mecanismo que me permitirá volver a vivir en otro cuerpo, o en una planta o mamifero distinto.

Pero fuera de eso, la persona que no cree en el karma y defiende a capa y espada la reencarnación no hace más que establecer que solo cree en aquello que le brinda consuelo. Es una suerte de niño grande, que prefiere seguir creyendo que existe un Papa Noel solo porque el premio anual es un regalo debajo del arbol. Vivir engañados por voluntad propia solo porque una idea nos parece consoladora sienta las bases del estancamiento humano, nos hunde poco a poco en la oscuridad, y eso, más que los periódicos nefastos y programas auténticamente retrógrados, es el principal peligro para una sociedad que pretende avanzar en el panorama mundial.

Prueba

Este es un texto de prueba. Cualquier semejanza con otros blogs, es netamente coincidental

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